A caballo de dos siglos y de dos culturas, reconociendo que el mundo físico orbita y el social pendula y a sabiendas de que la primavera no puede permanecer, intento mostrar aquello que pienso. Si algo de este contenido es una sola vez útil a uno solo de los visitantes, la experiencia habrá valido la pena. Cualquier foto es imagen del pasado, y puestos a escoger, prefiero verme con todo el futuro por delante.
miércoles, 6 de septiembre de 2028
Hoy he abrazado a mi hija
sábado, 18 de diciembre de 2027
Padre
Supiste adaptar la transición a nuestra edad desdeñando la tuya. Diste tiempo a nuestros tiempos. Seis años es mucho tiempo, mucha delicadeza, dedicación y generosidad.
viernes, 7 de noviembre de 2025
El Euro Digital
El euro digital: el dinero que sabrá más de ti que tu propio banco.
Introducción
El euro digital es la
nueva criatura del Banco Central Europeo. Nace con una promesa seductora:
modernizar el dinero, adaptarlo a la era digital y ofrecer una alternativa
segura frente a las criptomonedas privadas. Su reciente aprobación para
iniciar silenciosamente en 2027 y su plena integración prevista para 2029
marcan, según el BCE, “el siguiente paso lógico en la evolución monetaria
europea”.
Lógico, sí. Aunque también inquietante. Porque detrás de la eficiencia, la
trazabilidad y la conveniencia, se esconde una pregunta crucial: ¿qué ocurre
con la libertad individual cuando el dinero deja de ser un objeto físico y se
convierte en un algoritmo controlado por una institución central?
Podríamos llamarlo “avance tecnológico”. También podríamos llamarlo “control
financiero 2.0”.
Privacidad bajo ataque
El efectivo es incómodo,
sí. Pero tiene una virtud inigualable: no deja rastro. Nadie anota quién te
paga o qué compras con él. Es dinero libre.
El euro digital, en cambio, nace en un entorno donde toda transacción se
registra, puede auditarse de forma automatizada y, llegado el caso,
limitarse. Aunque el BCE insiste en que será “la forma de pago digital con
mayor grado de privacidad”, también reconoce que no será tan anónimo
como el efectivo.
Los defensores del proyecto aseguran que la información se anonimizará y que
los datos solo estarán disponibles en casos de fraude o terrorismo. Pero los
críticos advierten que el sistema, por diseño, puede rastrear cada movimiento
financiero. Y si algo puede hacerse, eventualmente se hará.
Cuando todo pago pasa por una infraestructura digital gestionada o vigilada por
el Estado, la idea de “transacción privada” se desvanece. No es conspiración;
es arquitectura.
La privacidad es sospechosa. El anonimato
es delito de blanqueo de capitales o terrorista. Bienvenidos a 2029.
Y mientras tanto, los hackers también esperan su turno. Si algo nos ha enseñado
la historia de la ciberseguridad es que ningún sistema digital es invulnerable.
Moneda programada
Aquí es donde el debate
pasa de lo técnico a lo político. Un euro digital puede programarse. Es decir,
su uso puede condicionarse.
El BCE afirma que no tiene intención de emitir una moneda “programable” que
imponga restricciones al consumidor. Sin embargo, los propios documentos
técnicos del proyecto muestran que el sistema permite establecer reglas de uso,
límites de tenencia, o incluso fechas de caducidad para el dinero digital.
En teoría, esto serviría para políticas públicas: estimular el gasto, evitar el
acaparamiento, restringir sectores contaminantes. En la práctica, abre un campo
inmenso al intervencionismo económico.
Imagina un futuro donde tu monedero te diga: “Hoy solo puedes comprar brócoli”.
Bienvenido al control nutricional monetizado.
Durante las guerras, las cartillas decían qué podías comprar. Hoy, el software
del euro digital decidirá si tu euro “sirve” para ropa o gasolina.
El dinero deja de ser un instrumento de libertad para convertirse en una
herramienta de gestión social. Lo que ayer se decidía con leyes y reglamentos,
mañana podrá decidirlo una línea de código.
De ciudadanos a súbditos
Cuando el Estado o las
instituciones financieras poseen el poder de rastrear y condicionar el dinero,
la relación entre ciudadano y gobierno cambia.
El ciudadano libre es quien dispone de su dinero sin intermediarios. El súbdito
digital es quien necesita autorización (o al menos benevolencia) para usarlo.
El euro digital, tal como se plantea, podría transformar nuestra economía en un
sistema de vigilancia financiera permanente, donde cada transacción deja
huella. El argumento oficial será la seguridad y la lucha contra el crimen.
Pero los límites de esa supervisión son difusos.
El riesgo no es solo técnico, sino cultural: normalizar la vigilancia. Si la
población se acostumbra a que su dinero esté bajo observación, el paso
siguiente es aceptar sin resistencia que su comportamiento también lo esté.
Imagina una app donde debas pedir permiso antes de comprar chocolate. Ridículo
hoy. Posible mañana.
Paralelismos históricos
No es la primera vez que
los Estados controlan el consumo de sus ciudadanos. Durante la Segunda Guerra
Mundial, las cartillas de racionamiento definían qué podías comprar, cuanto y
cuándo. En los regímenes comunistas, el Estado decidía qué productos estaban
disponibles y a qué precio.
El euro digital no es exactamente lo mismo, pero el principio subyacente es
inquietantemente similar: centralización, control, supervisión.
La diferencia es que ahora el control no se ejerce con papel, sino con
software. No hay colas ni cartillas, pero hay servidores y algoritmos. Y lo
digital tiene una ventaja enorme para el poder: su control es silencioso.
Consecuencias sociales y filosóficas
Si el dinero deja de ser
un bien privado y anónimo, la libertad económica se redefine. Lo que hasta
ahora era una relación directa entre dos personas (pagar, cobrar, donar,
ayudar) pasa a depender de una infraestructura centralizada.
No solo perdemos anonimato. Perdemos consentimiento. No decidimos quién sabe lo
que compramos, ni qué información se guarda, ni cómo se usa. Y el
consentimiento económico, igual que el político, es la base de la libertad.
La transformación digital del dinero puede acabar transformando nuestra noción
de ciudadanía. El ciudadano se convierte en dato; el consumo, en conducta
trazable; la economía, en comportamiento supervisado.
Referencias
1. “Progress on a
digital euro” – Banco Central Europeo. ecb.europa.eu
2. “Making the digital
euro truly private” – BCE Blog. ecb.europa.eu
3. “Digital euro and
privacy” – BCE Features. ecb.europa.eu
4. “Does the Digital
Euro put privacy at risk?” – CCN. ccn.com
5. “7 Potential Issues
with the Proposed Digital Euro” – CrossCap Advisors. crosscapadvisors.com
6. “The digital euro and
the protection of privacy” – Deutsche Bundesbank. bundesbank.de
7. “Digital Euro:
privacy and personal data protection” – CNIL. cnil.fr
8. “On the digital euro
holding limits” – Bruegel Institute. bruegel.org
Conclusión reflexiva.
El euro digital llegará
revestido de progreso, modernidad y eficiencia. Pero si no se acompaña de
límites claros y garantías reales, puede convertirse en la herramienta de
control más sofisticada jamás creada en Europa.
Lo digital no es malo por sí mismo. El problema aparece cuando el código
reemplaza al criterio y el control sustituye a la libertad.
La pregunta que deberíamos hacernos no es si el euro digital será útil. Lo
será. La pregunta es: ¿a quién servirá?
Porque cuando el dinero deja de ser tuyo y pasa a depender de la voluntad de un
sistema, la libertad deja de ser un derecho para convertirse en una concesión.
lunes, 13 de octubre de 2025
Populismo y sumisión
Cuando
la democracia se degrada.
Lecciones del siglo XX y XXI.
La escena política española (y su relumbrón mediático), puede leerse como una
réplica local de un patrón mundial: la transición del debate democrático al
estallido emocional, luego al conflicto simbólico, y finalmente a la
confrontación abierta. Y en ese recorrido, las sociedades (a nivel nacional e
internacional), muestran una tendencia casi automática para transformarse en
tropas obedientes del liderazgo dominante.
Dictadores, Líderes carismáticos y el
culto al poder.
Cuando examinamos regímenes extremos como los de Stalin, Hitler o Mussolini,
encontramos versiones concentradas de lo que ocurre cuando una sociedad entrega
demasiado poder a una figura, condenando la pluralidad y resignando el juicio
propio.
- Stalin impuso en la URSS un modelo de terror de Estado que atravesaba
la vida privada y la esfera pública, con purgas masivas (1936-1938) y culto al
líder que anulaba la crítica.
- Mussolini en Italia encarnó la fórmula del fascismo que absorbía
Estado, nación y líder en un solo ente, reduciendo al ciudadano a súbdito.
- Hitler llevó al extremo la simplificación moral y la enemistad
funcional, transformando la democracia en totalitarismo mediante propaganda,
represión y culto al Führer.
Estos patrones no se limitan al pasado: hoy encontramos países como China,
Corea del Norte, Laos, Cuba y Vietnam o Sri Lanka y Venezuela que conservan la
esencia del marxismo y otros con versiones atenuadas, en democracias formales,
donde la represión se reviste de legalismo, control mediático y polarización.
España, en estos momentos y por
desgracia, deriva hacia el populismo y la sumisión de sus ciudadanos, cuando no
a la adhesión inquebrantable al Líder, ya lejos de los principios del partido
político que le llevo al poder.
Colisiones culturales y religiosas.
El poder no se limita a las leyes: también controla símbolos y creencias. Las
guerras culturales y religiosas han sido terreno fértil para justificar
obediencias ciegas:
- Europa del siglo XX: los regímenes fascistas y comunistas intentaron
colonizar la esfera religiosa sustituyendo la fe por liturgia estatal.
- El mundo islámico: los líderes políticos reclaman legitimidad religiosa para
extender su control más allá de lo legal.
- África postcolonial: las tensiones étnicas y religiosas, heredadas de fronteras
coloniales arbitrarias, alimentaron (y siguen alimentando) guerras internas.
Cuando la identidad cultural o espiritual se convierte en patrimonio del poder,
cuestionar al líder es cuestionar la esencia del grupo. No pertenecer al grupo
supone estar en peligro constante, pudiendo representar la encarcelación o
hasta la muerte.
África como espejo y advertencia.
- Congo: guerras prolongadas han fragmentado al Estado en milicias y caudillos
locales. La obediencia se concede al más fuerte, no al gobierno.
- Eritrea: régimen autoritario, militarización perpetua y represión total
convierten al país en una “Norcorea africana”.
- Sahel: la región concentra más del 50% de muertes por terrorismo global
(2024). Grupos como JNIM (Al Qaeda) administran territorios rurales donde el
Estado es casi inexistente.
Hay a día de hoy, 56 guerras activas en el mundo. Cada una con sus líderes, sus armas y su financiación. En ellas mueren cada día millares de personas inocentes, sin distinción de género o edad.
Las matanzas por razones de credo
y pertenencia a otro grupo son cotidianas y Occidente mira al Norte y al cercano oriente,
pero jamás al Sur.
Estos ejemplos muestran que, cuando el Estado pierde legitimidad, los
ciudadanos transfieren su obediencia a poderes armados o religiosos.
Terrorismo y Estados visibles e invisibles.
- Somalia: décadas de guerra han debilitado al Estado visible, con Al-Shabaab y
otros grupos terroristas ejerciendo control en amplias zonas.
- Irán: combina un Estado institucional visible con estructuras ocultas
(Guardia Revolucionaria, Consejo de Guardianes) que concentran el poder
real.
- Pakistán está en guerra permanente con India en Cachemira (los dos estados con el arma atómica) y también en guerra con los talibanes de Afganistán cuyo sectarísmo en la vida, educación y libertad de las mujeres debería escandalizar y ser portada diaria en Occidente.
- El terrorismo moderno: en 2024 y 2025 aumentaron los ataques, muchos
ejecutados por individuos radicalizados online sin pertenencia formal a grupos,
pero influidos por narrativas extremistas y financiados por Estados invisibles.
El peligro de los “lobos solitarios” se muestra cada día con más ejemplos.
Paralelismos: Del discurso a la bronca, del voto al fusil.
El patrón político español, sin espacio para reflexión crítica, refleja la
lógica global: evitar que el ciudadano piense y forzarle a obedecer. La
obediencia política no siempre necesita represión: basta con saturar la esfera
pública con consignas que transformen al adversario en enemigo absoluto.
¿Recomponer lo irrecuperable?
Referencias:
- Ipsos (2025). Informe sobre populismo en España.
- Wikipedia (Populismo).
- Nueva Revista (2025). La polarización: el hiperproblema que impide el
pacto.
- LISA News (2025). Crisis política en Estados Unidos.
- Agenda Pública (2024). La inmediatez como arma del nacionalpopulismo.
- Global Terrorism Index (2025). Vision of Humanity.
- Council on Foreign Relations. Violent Extremism in the Sahel.
- The Guardian (2025). “Jihadist ghost enemy” in the Sahel.
- John D. Clare, The Great Terror (URSS).
- Library of Congress, Soviet archives on Stalin.
lunes, 29 de septiembre de 2025
Rompiendo Mitos: Capitalismo y dinero.
El espejismo del dinero y la insostenibilidad del capitalismo moderno
Origen:
De las vacas y la plata al dinero fiat (fiduciario): cómo la desvinculación del
dólar al patrón oro en 1971 nos condujo a un modelo económico basado en deuda y
empobrecimiento estructural.
Introducción: después del socialismo, ¿qué queda en pie?
En un artículo anterior de esta serie, mostré cómo el socialismo, pese a
sus ideales, no ha sido capaz de ofrecer un modelo sostenible ni de mejorar de
forma consistente la vida de las personas.
Si descartamos esa vía, parece quedar en pie solo el capitalismo, que desde
hace siglos ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación.
Sin embargo, al analizar su evolución reciente, descubrimos que su aparente
éxito desde 1971 es un espejismo: un bucle insostenible cimentado en la
creación de dinero sin respaldo real.
Los gobiernos gastan más de lo que lo que pueden ingresar, a pesar de estrujar
el bolsillo de los ciudadanos hasta su límite de supervivencia, los bancos
centrales imprimen dinero fiduciario sin límites tangibles, y el resultado
final es el empobrecimiento progresivo de la mayoría social. La factura se
socializa vía pérdida de poder adquisitivo y precariedad.
La moneda.
La historia del dinero comienza con una lógica simple: el valor de una
moneda estaba avalado por el metal precioso que contenía.
Así ocurrió con las primeras monedas acuñadas en el reino de Lidia en el siglo
VII a.C., hechas de electro (aleación de oro y plata). Cuantos más agujeros,
menor valor tenían (menor peso de electro).
Aquellas piezas estandarizaron el comercio al garantizar un valor intrínseco
verificable.
La moneda más antigua que subsiste es la libra esterlina británica, en uso
continuo desde el año 775 d. C. Por aquel entonces, la libra equivalía a un
lingote de una libra de plata, y era una pequeña fortuna, en aquella época. Se
debe destacar que el gobierno británico acuñó la moneda con un 92,5% de plata y
el resto era cobre y otros metales, para “endurecer” la moneda. Cada una de
estas monedas podía ser canjeada por un lingote de una libra (453,6 gramos) de
plata. En el año 928 la libra se adoptó como la moneda oficial en Gran Bretaña,
que el estado respaldaba con el valor de una libra de plata en metales
preciosos en su tesoro nacional. En esa época, con una moneda de una libra se
podían comprar quince vacas: riqueza tangible y verificable.
De la moneda al billete.
Con el tiempo, transportar monedas de metal resultó impráctico, y surgió el
papel moneda. El paso de las monedas al papel moneda se produjo por primera vez en China, donde la
escasez de metal y la facilidad del comercio llevaron a los comerciantes a
emitir pagarés avalados por su patrimonio, y evolucionaron al papel moneda
emitido y avalado por el estado de la dinastía Song (entre el año 618 y el 907
d.C.), conocido como jiaozi.
En Europa, este sistema surgió siglos después, en el siglo XVII en Suecia.
Llevar y comerciar grandes cantidades de monedas de oro y plata resultaba
incómodo, y a medida que la economía crecía, se hizo evidente la necesidad de
una forma de dinero más práctica.
Los bancos comenzaron a emitir billetes de papel a principios del siglo
XIX, pero estos no estaban estandarizados y su fiabilidad solía variar.
A mediados del siglo XIX, Europa y EEUU adoptaron el patrón oro para dar
fiabilidad a la moneda de cada estado: un sistema que garantizaba que cada
billete podía canjearse por una cantidad fija de oro.
El patrón oro: equilibrio y límites
David Hume ya modelizó en 1752 el funcionamiento del patrón oro como un
mecanismo de equilibrio: los déficits comerciales de un país se corregían de
forma automática porque el flujo de oro ajustaba su masa monetaria y, con ella,
los precios y las exportaciones. El sistema tendía al equilibrio.
Este sistema, que alcanzó su esplendor entre 1870 y 1914, ofreció estabilidad y
disciplina fiscal.
Pero las guerras y las crisis del siglo XX llevaron a los gobiernos a imprimir
dinero sin respaldo en sus tesoros nacionales: el nacimiento del dinero fiduciario. Los bancos centrales, presionados por los
gobiernos generaban billetes y los bancos mantenían solo una fracción de los
depósitos en caja y prestaban el resto.
El crédito multiplicaba la masa monetaria mucho más allá del metal
disponible, incluso mas allá del valor del conjunto de la producción de todo el estado.
La estabilidad exigía prudencia y límites. Cuando éstos se relajaban, la
oferta monetaria crecía más rápido que la producción real, alimentando
tensiones inflacionarias.
La teoría cuantitativa del dinero indica que, si la cantidad de dinero crece más deprisa que la producción real, los precios tenderán a subir.
Bretton Woods
Tras la Primera Guerra Mundial y los acuerdos de Bretton Woods (1944), el dólar
estadounidense se convirtió en la divisa de referencia global, quedando vinculado
al oro. Parecía un compromiso sólido… hasta que llegó 1971.
1971: la gran ruptura
Presionado por la Guerra de Vietnam y un déficit comercial creciente,
Richard Nixon anunció la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro.
Fue el punto de no retorno: desde entonces, el dinero dejó de ser un título de
propiedad sobre un bien tangible para convertirse en un simple decreto del
Estado.
Nacía así, en su plenitud, el dinero fiat (fiduciaria): moneda cuyo valor
descansa exclusivamente en la confianza (o la fe) en quien la emite.
Pero esa confianza, como demuestra la teoría cuantitativa del dinero, es frágil
cuando la emisión crece muy por encima de la riqueza real.
Desde 1971, la masa monetaria mundial (M2) se ha multiplicado por cuatro, mientras la economía real no lo ha hecho en la misma proporción.
El resultado: inflación crónica y erosión del salario real.
Las vacas: metáfora del empobrecimiento real.
Volvamos al ejemplo de las vacas, que simbolizan riqueza tangible.
- En el año 928, una libra de plata permitía comprar quince vacas.
- Hoy, esa misma cantidad de plata (453,6 gramos, unos 567 euros) apenas
alcanza para una séptima parte de una vaca, cuyo precio medio ronda los 4.000
euros.
- Es decir, en 1.100 años el precio relativo de lo real ha aumentado más de 100
veces, pero los salarios no lo han hecho en la misma medida.
Hasta 1971, ese equilibrio era razonablemente estable. Desde entonces, los
salarios (la capacidad adquisitiva de la remuneración al trabajo) se han desligado del valor
real, y la deuda ha sustituido al respaldo metálico como base del sistema.
Consecuencias: deuda, salarios y fractura social.
El modelo actual genera dos efectos estructurales:
1. Empobrecimiento salarial. Los ingresos de la mayoría crecen
muy por debajo del coste de vida.
El acceso a la vivienda se complica,
la frustración se extiende entre las generaciones jóvenes, y se multiplican
subsidios y ayudas de los gobiernos para suplir la insuficiencia de salarios y
evitar agitación social. Con ello, los gobiernos necesitan más dinero, que será servilmente impreso por el banco central y se convertirá en deuda. La deuda la deberá pagar la sociedad, los ciudadanos de cada país, no los gobiernos que la han contraido.
2. Sustitución laboral y presión migratoria. Para abaratar costes, se
recurre a trabajadores inmigrantes dispuestos a aceptar salarios bajos en
comparación con su país de origen.
Esto atenúa temporalmente la presión
social, pero no resuelve el desequilibrio estructural. Bien al contrario, cuando estos trabajadores se estabilizan en el país receptor, se agregan a una comunidad frustrada y necesitada de ayudas, subsidios y pensiones que generará nuevo déficit en las arcas del estado.
La innovación y el aumento de la productividad son insuficientes para sostener un capitalismo que genera deuda y manipulación monetaria para sobrevivir.
Un nuevo peligro: la corrupción de las criptomonedas.
El Bitcoin (criptomoneda de referencia) basa su valor en el limite de su cantidad. El algoritmo del Bitcoin establece un límite absoluto: 21 millones de Bitcoins. Nunca podrá haber más. Sometido a los efectos de la oferta y la demanda, su valor se adaptará a las exigencias del mercado. Las actuales criptomonedas tienen en su ADN (su algoritmo) la legitimidad (trazabilidad), su limitación en la cantidad de monedas y la libertad de transacción, ya que sus árbritos son los propios mineros que, enfrentándose al incremento exponencial de los cálculos a realizar para generar cada nueva moneda, deben proteger la integridad del sistema.
No dependen de un Banco central, sino de un algoritmo repartido en la red de una forma difusa en decenas de miles de ordenadores. Sin posibilidad de corromper.
En el momento en el que un Banco Central genere su algoritmo para una moneda digital, a mi entender, no va a seguir las mismas reglas que las actuales criptomonedas. Nadie sabrá los condicionantes que conllevará su obtención, su posesión ni su transmisión. Tal como hicieron los gobiernos con el patrón oro, los países presionarán a sus bancos centrales tanto en la generación como las condiciones de sus monedas digitales. Corromperán el principio de las actuales criptomonedas.
Reflexión final: un modelo condenado
El capitalismo moderno, desvinculado de un anclaje real como el oro, o la
producción real, vive de la ilusión de una riqueza que no existe.
Su aparente éxito desde 1971 se basa en un artificio financiero que, tarde o
temprano, colapsará.
Las democracias avanzadas, paradójicamente, serán las primeras en enfrentarse a
esta realidad.
O se transforman radicalmente los fundamentos del sistema —recuperando algún
tipo de disciplina monetaria, redefiniendo la relación entre salarios,
productividad y valor real— o se hundirán en una crisis de legitimidad social y
política.
Cerrar los ojos no es una opción. La historia nos recuerda que ninguna sociedad
puede sostenerse indefinidamente sobre la deuda y la ilusión. Urge un cambio
estructural profundo.
Lo que me ha llevado a escribir este artículo es la sensación que hoy
recibo de nuestra sociedad. Va a morir, lo sabe y se deja o no lo quiere saber.
La inacción no es una solución. Se deben buscar medidas y modificaciones
significativas en el sistema para que su futuro cambie. Bajo mi punto de vista,
es urgente.
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Rompiendo Mitos: Electricidad.
Este es el primer artículo de una serie que tengo prevista llamar:
Rompiendo Mitos
La electricidad no viaja por dentro del cable: viaja alrededor de él
Introducción: rompiendo el mito
clásico
La explicación habitual nos dice que
la electricidad circula “como agua en una tubería”, moviéndose por dentro del
cable gracias al desplazamiento de electrones. Es una metáfora práctica, pero
engañosa.
En realidad, la energía eléctrica se
transmite a través del campo electromagnético que rodea al conductor. Este
campo resulta de la interacción entre el campo eléctrico (E) y el campo
magnético (B). La energía fluye en el espacio, no tanto dentro del metal, y su
dirección y densidad quedan descritas por el vector de Poynting.
1) Maxwell: el arquitecto de la
visión moderna
James Clerk
Maxwell (1831–1879) unificó los fenómenos eléctricos y magnéticos en un
conjunto de ecuaciones que hoy son la base de la electrodinámica.
Su trabajo mostró algo revolucionario:
- Las cargas eléctricas generan campos eléctricos, como había propuesto Gauss.
- Las corrientes generan campos magnéticos (también Gauss).
- Pero además, los campos variables generan nuevos campos, dando lugar a ondas
que pueden viajar por el espacio.
En este marco, la energía deja de ser un “fluido en el cobre” y pasa a ser algo
que existe en los campos, moviéndose a la velocidad de la luz y entrando a los
materiales desde su entorno.
2) Poynting y la pista decisiva
En 1884,
John Henry Poynting formuló la expresión que describe la densidad y dirección
del flujo de energía:
S = (1/μ0) (E × B)
Sin matemáticas complejas: donde E y B son perpendiculares, la energía fluye en
dirección perpendicular a ambos. Esto significa que la potencia que llega a una
bombilla, resistencia o motor no viaja “por dentro del cobre”, sino que entra
radialmente desde fuera, impulsada por el campo electromagnético.
3) Los electrones: lentos
acompañantes, no protagonistas
- Los
electrones sí se mueven, pero muy despacio: su velocidad de deriva en un cable
doméstico es de apenas unos pocos milímetros por segundo.
- En cambio, el campo electromagnético —y con él la energía— se propaga a casi
la velocidad de la luz en el medio aislante del cable.
- La función real de los electrones es crear la distribución de cargas de
superficie que define la geometría del campo y permite que la energía viaje de
la fuente a la carga. (Del elemento productor al elemento consumidor).
4) AC y DC: distintos ritmos, mismo
mecanismo
DC
(corriente continua): los campos son estáticos, y el vector de Poynting empuja
continuamente la energía desde la batería hacia la resistencia.
AC (corriente alterna): los campos oscilan; la energía fluye de un lado a otro
en cada ciclo, pero siempre guiada por el campo en el espacio entre los
conductores. Aquí aparecen fenómenos como el efecto pelicular, pero el
principio sigue siendo idéntico: la energía va por fuera, no por dentro.
5) El papel de Gauss en esta historia
Gauss (1777 –
1856) matemático y físico, fue el creador de las leyes que configuran los campos
E (eléctrico) y B (magnético), así como los efectos de dichos campos en
distintos ámbitos. Las leyes de Gauss, integradas en las ecuaciones de Maxwell,
nos dan la clave de por qué los campos pueden organizar el flujo de energía:
- Ley de Gauss para E: el flujo eléctrico a través de una superficie depende de
la carga encerrada. Es decir, las cargas de superficie en los conductores son
la fuente del campo eléctrico que guía la energía.
- Ley de Gauss para B: el flujo magnético neto siempre es cero. Las líneas de B
se cierran alrededor de las corrientes, proporcionando la otra mitad del
“engranaje” que, junto a E, produce el transporte de energía.
Cuando combinamos estas leyes con el vector de Poynting, entendemos que la
energía no recorre por dentro del metal, sino por la región de espacio alrededor del
conductor.
6) Ejemplos cotidianos que lo
ilustran
-
Transformadores: la energía pasa de un bobinado a otro a través del campo en el
núcleo, no por contacto metálico.
- Cables de alta tensión: la energía fluye por la región alrededor de los
cables, guiada por éstos entre las fases.
- Radio, Microondas y Wi-Fi: en estas frecuencias, la energía viaja libremente como
onda electromagnética, sin necesidad de conductores.
- Cables coaxiales: confinan la energía en el espacio entre el vivo y la malla,
gracias a la geometría de los campos.
7) De Gauss a hoy:
evolución del concepto
- Gauss creó las leyes conceptuales de los capos E y B.
- Maxwell: estableció el marco matemático de los campos.
- Poynting: mostró cómo fluye la energía.
- Heaviside y Umov: generalizaron estas ideas.
- Feynman: divulgó la noción de que la energía entra en los elementos de consumo desde
el exterior.
- Investigaciones modernas (AJP, MIT, Princeton): han confirmado
experimentalmente que el flujo de energía coincide con la potencia medida en
circuitos reales.
Conclusión: cambiar la
forma de imaginar la electricidad
Entender que
la energía viaja en los campos y no como electrones “corriendo por dentro de los cables”
cambia nuestra visión de la electricidad.
Diseñar un circuito no es solo colocar cables: es dar forma al espacio donde
viaja la energía. Es un cambio de paradigma iniciado por Gauss, Maxwell y
Poynting hace más de un siglo, y confirmado por la física moderna.
La electricidad, en última instancia, es energía viajando a la velocidad de la
luz por el espacio cercano a los conductores, y los electrones son meros
acompañantes que sostienen el escenario de ese viaje. Lo que mide el contador
eléctrico de nuestra casa es la energía y no los electrones como es de creencia
común.
Fuentes recomendadas
- Feynman
Lectures on Physics, Vol. II, Cap. 27: https://www.feynmanlectures.caltech.edu/II_27.html
- Poynting, J. H. (1884). On the Transfer of Energy in the Electromagnetic
Field: https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rstl.1884.0016
- Harbola, M. K. (2010). Energy flow from a battery to other circuit elements: https://sharif.edu/~aborji/25733/files/Energy%20flow%20from%20a%20battery%20to%20other%20circuit%20elements.pdf
- MIT – Energy Flow and the Poynting Vector: https://web.mit.edu/8.02t/www/mitxmaterials/Presentations/Presentation_W14D1.pdf
- McDonald, K. T. – Flow of Energy and Momentum in a Coaxial Cable: https://kirkmcd.princeton.edu/examples/coax_momentum.pdf
- Herrmann, F. (1986). The Poynting vector field and the energy flow within a
transformer: https://www.karlsruher-hysikkurs.de/download/poynting_transformer.pdf
lunes, 22 de septiembre de 2025
Rompiendo Mitos: Dos Modelos
Introducción
Entre
1945 y 1989, Europa vivió una división profunda que sirvió, en la práctica,
como un laboratorio político-económico a gran escala. Mientras Europa
Occidental prosperaba bajo el sistema capitalista con economías de mercado
abiertas y democracias liberales, Europa Oriental operaba bajo regímenes
socialistas autoritarios con planificación centralizada y control estatal. Esta comparación histórica ofrece una oportunidad única para evaluar
empíricamente el desempeño de ambos modelos. ¿Qué sistema ofreció mejores
resultados en términos de desarrollo económico, bienestar social, innovación y
libertad? ¿Qué modelo genera un entorno donde la felicidad del indiduo es más valorado?
Antecedentes:
Dos Europas, dos sistemas
Tras
la Segunda Guerra Mundial, el continente europeo fue dividido en zonas de
influencia. Los países liberados por las fuerzas aliadas occidentales —como
Francia, Italia o Alemania Occidental— desarrollaron economías capitalistas
apoyadas por el Plan Marshall y el modelo de libre mercado. En contraste,
aquellos bajo influencia soviética —como Polonia, Hungría, Checoslovaquia o
Alemania Oriental— instauraron regímenes socialistas autoritarios siguiendo el
modelo de planificación central de la URSS.
La
división de Alemania simbolizó esta ruptura: la República Federal de Alemania
(RFA) en el oeste, capitalista; la República Democrática Alemana (RDA) en el
este, socialista.
Comparación
empírica de modelos: economía, sociedad y derechos
📈 Crecimiento económico y productividad
- En 1950, el PIB per
cápita de Alemania Oriental era el 65 %
del de Alemania Occidental. Para 1989, había caído
al 40 % del nivel occidental (Maddison
Project Database).
- La economía de la
RFA creció con mayor productividad, apertura comercial e innovación
tecnológica. El crecimiento medio anual de la RFA entre 1950 y 1973 fue
del 5.8 %, mientras que el de la RDA fue del 3.5 % (World
Bank, 1991).
🧑🌾 Bienestar material
- Los consumidores del
bloque oriental sufrían escasez crónica de productos básicos y bienes de
consumo duradero.
- Mientras que en
Alemania Occidental el 80 % de los
hogares poseían automóvil en 1985, en la RDA solo
un 20 % tenía acceso a un vehículo
privado, con listas de espera de hasta 15 años para adquirir uno (Statistisches Bundesamt).
🧠 Innovación y tecnología
- El modelo socialista
desincentivaba la innovación: la falta de competencia y propiedad privada
reducía la eficiencia.
- En 1988, IBM vendía
más ordenadores que todo el bloque del Este junto (The Economist, 1990).
🧑⚕️ Salud y esperanza de vida
- En los años 70, la
esperanza de vida en los países del Este era similar a la del Oeste. Pero
en los 80, las tendencias divergieron: mientras en la RFA aumentó, en la
RDA se estancó o incluso disminuyó, especialmente entre hombres adultos,
debido a alcoholismo, mala alimentación y estrés laboral (WHO European
Health Report).
📚 Libertades civiles y migración
- La libertad de
prensa, religión, asociación y expresión eran prácticamente inexistentes
en la Europa socialista.
- La construcción del
Muro de Berlín en 1961 fue una respuesta directa al éxodo masivo de
ciudadanos del Este al Oeste. Entre 1949 y 1961, más de 2.5 millones de
alemanes orientales huyeron a Occidente (Deutsche
Welle).
Alemania
Oriental vs Occidental: el caso más revelador
La
comparación entre ambas Alemanias, con un origen cultural y lingüístico común,
ofrece una prueba empírica inmejorable:
|
Indicador (1989) |
Alemania Occidental (RFA) |
Alemania Oriental (RDA) |
|
PIB
per cápita (USD) |
$15,930 |
$9,679 |
|
Esperanza
de vida |
75
años |
72
años |
|
Exportaciones
totales |
$308
mil millones |
$31
mil millones |
|
Nivel
de motorización |
550
coches / 1.000 hab |
210
coches / 1.000 hab |
La
caída del Muro de Berlín: colapso del modelo socialista
El
9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. La presión popular, el costo
insostenible de la carrera armamentista y la guerra en Afganistán, el auge del
nacionalismo y los movimientos independentistas dentro de sus repúblicas, llevó
al presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, a querer conducir el sistema
socialista a una transición ordenada. La perestroika, la glasnost y otras
estrategias desconcertaron a una sociedad que había sido engañada durante
muchas décadas. La caída del muro de Berlín fue el desenlace de años de
estancamiento económico, pérdida de legitimidad política, deuda externa
creciente, represión política insostenible y pérdida de competitividad frente a
Occidente. Ese día simbolizó el fracaso definitivo del socialismo como sistema
viable para generar prosperidad y libertad sostenidas.
El
experimento histórico de la Europa dividida dejó evidencia clara: el sistema
capitalista superó al socialista en prácticamente todos los indicadores
relevantes. El capitalismo, con sus imperfecciones, ofreció mayor bienestar
económico, más libertades individuales, incentivos a la innovación y
oportunidades de progreso social. El socialismo, aunque con logros iniciales en
igualdad y servicios públicos, se mostró incapaz de sostener el crecimiento,
adaptarse a la globalización o responder a las aspiraciones individuales.
📚 Fuentes consultadas
- Maddison
Project Database 2020
- World
Bank: Lessons from East Germany's Transition
- The
Berlin Wall: Deutsche Welle History
- Statistisches Bundesamt (Federal
Statistics Office, Germany)
- The Economist archives, 1990s economic
reports on USSR and satellite states
- WHO European
Health Report
- IZA – Institute of Labor Economics,
Discussion Paper No. 1958
jueves, 26 de junio de 2025
Cerebro humano vs IA
Cerebro humano vs IA:
Arquitectura y Sistemas de Memoria
Comparativa de la Arquitectura:
Cerebro Humano vs Modelo GPT (Transformers)
. Por ejemplo, la corteza cerebral se divide en lóbulos especializados (visual, auditivo, frontal, etc.), pero todos están intensamente interconectados. Las sinapsis (conexiones entre neuronas) son plásticas: su fuerza de conexión cambia con la experiencia, almacenando información de forma distribuida en el cerebro
. En cambio, un modelo de inteligencia artificial como GPT (un transformer de lenguaje) tiene una arquitectura mucho más definida: la información fluye a través de capas secuenciales de neuronas artificiales con rutas de entrada (input) y salida (output) claramente delineadas
. Cada “neurona” artificial es una unidad de cálculo simplificada que recibe valores numéricos de muchas neuronas previas, los pondera mediante pesos sinápticos artificiales y produce una salida tras aplicar una función de activación
. Estos pesos de la red neuronal artificial juegan un papel análogo al de las sinapsis en el cerebro (determinan la fuerza de conexión entre unidades)
Pero a diferencia del cerebro –donde las conexiones cambian constantemente– en un modelo GPT los pesos quedan fijos una vez entrenados. Una red transformer moderna como GPT está compuesta por decenas de capas apiladas (por ejemplo, GPT-3 tenía 96 capas) de dos tipos básicos: capas de autoatención y capas feed-forward (redes densas). Se especula que GPT-4 tiene más de 120 capas.
. Cada capa procesa en paralelo muchas “neuronas” artificiales, pero la información avanza en etapas ordenadas (de la primera a la última capa). Esto contrasta con el cerebro, donde no existe una separación estricta de capas de procesamiento –más bien, las señales neuronales viajan a través de múltiples circuitos en paralelo y se retroalimentan. Otra diferencia es que en la IA distinguimos claramente el hardware (la infraestructura que transporta datos) del software o datos en sí; en el cerebro, en cambio, no existe tal distinción: la información son cambios físicos en las conexiones neuronales (mayor conectividad entre ciertas neuronas significa literalmente un recuerdo o dato distinto)
. Además, los modelos IA suelen operar con señales digitales sincronizadas en ciclos de reloj muy rápidos, mientras que las neuronas disparan impulsos eléctricos más lentos (milisegundos) pero en enorme paralelo. Pese a estas diferencias, ambos sistemas comparten principios generales: tanto el cerebro como las redes profundas aprenden ajustando conexiones (sinapsis o pesos) en función de la experiencia, y en cierto nivel las neuronas artificiales imitan las biológicas (reciben entradas múltiples, las integran y “disparan” un resultado si superan cierto umbral)
. Embeddings y mecanismos de atención. En un modelo GPT, las palabras (o fragmentos de texto) de entrada se convierten primero en vectores numéricos (embeddings) que capturan su significado estadístico
. Esta etapa equivale a representar internamente un estímulo, análogo a cómo el cerebro convierte señales sensoriales (como luz o sonido) en patrones de activación neuronal. Una vez embebidos los datos, el modelo procesa secuencialmente múltiples capas de autoatención. El mecanismo de autoatención permite que el modelo filtre y focalice la información más relevante en cada paso: en cada capa, cada “neurona” artificial decide cuánto atender a la salida de otras neuronas mediante pesos de atención. Esta idea recuerda a la forma en que el ser humano presta atención a estímulos importantes e ignora distractores. De hecho, se suele explicar que “al leer una frase, nuestro cerebro no presta igual atención a todas las palabras, sino que enfoca las más importantes en contexto; de forma similar, la autoatención en un Transformer aprende qué palabras (o tokens) deben influirse más entre sí en cada capa”
. Gracias a múltiples “cabezas” de atención, GPT puede captar distintos tipos de relaciones en paralelo (por ejemplo, una cabeza puede enfocarse en la estructura gramatical y otra en el significado semántico). En esencia, GPT organiza el procesamiento en capas jerárquicas especializadas, de forma análoga a cómo diferentes circuitos o áreas cerebrales procesan distintos aspectos de la información (aunque en el cerebro real, esta especialización no es tan modular ni secuencial como en la red artificial)
. En resumen, la arquitectura del cerebro es mucho más compleja, masivamente paralela y plásticamente adaptable que la de un modelo avanzado de la IA actual generativa.
. El cerebro funciona con miles de millones de neuronas que se reconfiguran constantemente, mientras que un modelo como GPT utiliza miles de millones de parámetros numéricos ajustados durante el entrenamiento pero fijos al operar. Aún con estas diferencias fundamentales de estructura (biología vs silicio, conexiones auto-organizadas vs capas programadas), las redes neuronales artificiales han logrado inspirarse en el cerebro lo suficiente como para replicar ciertas funciones cognitivas (percepción de patrones, memoria asociativa, aprendizaje por ejemplos)
. No es casualidad que términos como “neurona”, “red neuronal” o “aprendizaje profundo” provengan directamente de la analogía con el cerebro humano
. Sin embargo, las limitaciones también son claras: las IA actuales carecen de la auténtica plasticidad y eficiencia energética del cerebro, y su inteligencia está confinada a lo que fue programado o a lo que ha aprendido de datos, sin la autonomía y riqueza de adaptaciones que exhibe un cerebro biológico en un entorno impredecible.
Memoria
Humana vs Memoria en IA
Memoria
sensorial: Es un almacenamiento ultra-breve de las impresiones sensoriales
(visual, auditiva, táctil, etc.). Dura solo unos cientos de milisegundos y
tiene gran capacidad, pero la información se desvanece casi inmediatamente si
no le prestamos atención
. Su función es dar continuidad a nuestras percepciones – por ejemplo, la memoria icónica retiene una imagen visual por unas décimas de segundo después de verla, y la memoria ecoica retiene un sonido unos 2–4 segundos
. Equivalente en IA: Los modelos GPT y similares no poseen un análogo directo a la memoria sensorial humana, ya que típicamente procesan la información de entrada de forma casi inmediata. Podríamos decir que los datos “sensibles” (píxeles de una imagen, ondas de audio, texto bruto) se convierten en vectores numéricos de entrada y apenas se mantienen en un buffer hasta ser procesados por la red neuronal. En sistemas de IA multimodal o robots complejos, existe un breve registro de entrada (por ejemplo, el frame de una cámara o muestras de audio) pero, a diferencia del cerebro, la máquina no necesita un almacén sensorial transitorio amplio: la información pasa enseguida al siguiente módulo (p. ej., el algoritmo de reconocimiento de imágenes). Si la IA no “atiende” a ciertos datos de entrada, simplemente no los procesa – análogo a cuando la información sensorial humana se pierde por falta de atención
Memoria de corto plazo (MCP) / Memoria de trabajo: Es la memoria activa y de capacidad limitada donde mantenemos la información a la que estamos prestando atención en un momento dado. En humanos dura alrededor de 20–30 segundos (aunque el repaso mental puede prolongarla) y suele limitarse a unos 7 ± 2 elementos a la vez. Aquí es donde manipulamos conscientemente datos – por ejemplo, al recordar un número de teléfono lo repetimos en la mente para no olvidarlo. La MCP funciona como puente entre lo que percibimos y lo que almacenaremos más permanentemente
. Una versión más elaborada es la memoria de trabajo, que incluye la MCP más los procesos de control que nos permiten actualizarla, reorganizar la información, etc.
. Equivalente en IA: La ventana de contexto de un modelo GPT cumple un rol parecido a la memoria de trabajo. GPT puede “mantener en mente” una cantidad limitada de tokens (palabras o fragmentos) de la conversación o texto de entrada reciente. Por ejemplo, versiones actuales de GPT-4 manejan hasta 8,000 o 32,000 tokens (según el modelo) antes de que empiece a olvidar contenido anterior. Todo lo que quede fuera de ese contexto inmediato no influirá en la siguiente respuesta, a menos que se le proporcione de nuevo. Esta sería la “memoria a corto plazo” de la IA: el historial dentro de la conversación en curso. Si la conversación es muy larga, el modelo enfrenta desafíos similares a los de nuestra memoria de trabajo: se le dificulta recordar detalles del inicio, puede perder coherencia u “olvidar” información relevante
. Para mitigar esto, las implementaciones prácticas emplean técnicas como resúmenes dinámicos o truncamiento del historial: por ejemplo, se resume lo ocurrido hace mucho en la conversación y se inserta ese resumen en lugar del texto completo, para mantenerse dentro del límite de contexto
. Aún así, el límite de contexto impone que la memoria inmediata de GPT es finita, análogamente a cómo nuestra memoria de trabajo no puede retener demasiados elementos a la vez. Otra similitud es que los transformers utilizan el mecanismo de atención para manejar esta memoria corta: el modelo “decide” qué partes del contexto son más importantes en cada paso, comparable a cómo la atención humana focaliza ciertos recuerdos en el pensamiento activo
Memoria a largo plazo (MLP): Es el almacén relativamente permanente y de capacidad prácticamente ilimitada donde se guardan nuestros conocimientos, experiencias y habilidades acumuladas. En humanos, la MLP se subdivide en memoria explícita (declarativa) y memoria implícita. La memoria explícita incluye la memoria episódica (recuerdos de eventos o episodios autobiográficos, con su contexto de tiempo y lugar) y la memoria semántica (datos y conocimientos generales sobre el mundo, hechos, conceptos, lenguaje)
. Por otro lado, la memoria implícita abarca principalmente la memoria procedimental (habilidades motoras y hábitos, como andar en bicicleta o tocar un instrumento, que recordamos inconscientemente tras aprenderlos) además de reflejos condicionados y priming [fenómeno donde la exposición a un estímulo (como una palabra, imagen, o sonido) afecta la respuesta a un estímulo posterior, a menudo de forma inconsciente]. La memoria de largo plazo humana puede durar desde minutos hasta toda la vida, aunque su consolidación requiere procesos cerebrales (ej. reactivación, sueño) y es susceptible a distorsiones. De hecho, no almacenamos copias exactas de la información: cada vez que recordamos algo lo reconstruimos y podemos introducir cambios o errores
. Equivalente en IA: Lograr una memoria duradera y extensible en agentes de IA es un área activa de desarrollo. En los LLM puros (como ChatGPT “estándar”), la memoria de largo plazo subyacente es esencialmente el conocimiento adquirido en sus pesos durante el entrenamiento. Es decir, tras leer enormes corpus de texto, el modelo ha “almacenado” en sus parámetros millones de patrones lingüísticos, datos y hechos – análogo a una memoria semántica de la IA integrada en el modelo. Sin embargo, esta memoria no es fácilmente modificable por experiencias nuevas específicas (salvo mediante re-entrenamiento o fine-tuning). Por ello, una tendencia reciente es complementar los LLM con almacenamiento vectorial externo, equivalente a una base de conocimientos que el agente pueda consultar y actualizar dinámicamente
. En la práctica, esto se implementa con bases de datos vectoriales: el agente convierte información (por ejemplo, diálogos pasados, documentos relevantes, preferencias del usuario) en vectores (embeddings) y los guarda en una base de datos especializada. Más tarde, ante una nueva pregunta o situación, puede recuperar (vía búsqueda por similitud de vectores) los recuerdos pertinentes y reenviarlos al modelo para que los tenga en cuenta. De este modo, la IA puede recordar hechos o experiencias de interacciones previas más allá de los límites de su contexto inmediato
. Por ejemplo, un agente conversacional puede recordar cosas que el usuario le contó en sesiones anteriores (p. ej. nombre de su mascota, gustos personales) consultando su memoria vectorial persistente, lo que emula nuestra memoria episódica de conversaciones pasadas. Asimismo, la memoria semántica de un agente puede representarse por un conjunto de datos o perfil del usuario que el sistema va enriqueciendo con nuevos hechos (e.j., “el usuario vive en Madrid” o “prefiere respuestas con ejemplos”)
. En cuanto a memoria procedimental, los agentes basados en LLM incorporan reglas de comportamiento que funcionan como “instintos” o habilidades fijas – por ejemplo, un prompt de sistema con instrucciones (“no revelar cierta información privada”, “responder en tono formal”) se puede ver como análogo a las reglas de procedimiento con las que opera el agente
. Además, las propias capacidades latentes del modelo (como saber gramática, aritmética básica o lógica) son en efecto habilidades adquiridas durante el entrenamiento, cumpliendo el rol de memoria procedimental implícita (el modelo no necesita reaprender desde cero cómo sumar o cómo estructurar una frase cada vez; ya tiene “cableado” ese conocimiento en sus parámetros).
En
los agentes de IA más avanzados, se están diseñando arquitecturas inspiradas en
la cognición humana que combinen estos tipos de memoria. Por ejemplo, se habla
de memoria de corto plazo para el contexto inmediato de la conversación,
memoria de trabajo para manejar la tarea en curso, memoria episódica para
registrar eventos pasados importantes en secuencia, y memoria semántica de
largo plazo para conocimientos generales del agente
. Fuentes: Para la elaboración de esta comparación se han consultado
recursos de neurociencia y de inteligencia artificial, incluyendo textos
académicos y artículos especializados. Se destacan, entre otros, un artículo de
Psicología y Mente contrastando la arquitectura cerebral con la de sistemas IA
Explicaciones técnicas sobre la estructura interna de GPT
(modelo transformer)* documentación de IBM y AWS sobre redes neuronales
inspiradas en el
* así como blogs recientes que describen la implementación
de memorias de corto y largo plazo en agentes con LLM
Inteligencia Artificial vs Inteligencia Humana: 7
diferencias
Microsoft Word - cap.tulo4.doc
Page Revision for Unidad 2.4. Imitando a... | Librería
CATEDU
GPT Architecture: A Technical Anatomy | by Doğukan | Jun,
2025 | Medium
GPT Architecture: A Technical Anatomy | by Doğukan | Jun,
2025 | Medium
Inteligencia Artificial vs Inteligencia Humana: 7
diferencias
Transformer (deep learning architecture) - Wikipedia
GPT Architecture: A Technical Anatomy | by Doğukan | Jun,
2025 | Medium
Inteligencia Artificial vs Inteligencia Humana: 7
diferencias
RNA, IA y la función del cerebro humano
Microsoft Word - cap.tulo4.doc
RNA, IA y la función del cerebro humano
RNA, IA y la función del cerebro humano
19.4: Etapas de la memoria: memoria sensorial, a corto plazo
y a largo plazo - LibreTexts Español
19.4: Etapas de la memoria: memoria sensorial, a corto plazo
y a largo plazo - LibreTexts Español
19.4: Etapas de la memoria: memoria sensorial, a corto plazo
y a largo plazo - LibreTexts Español
19.4: Etapas de la memoria: memoria sensorial, a corto plazo
y a largo plazo - LibreTexts Español
Tipos de memoria – Conceptos de la Ciencia del Aprendizaje
para Docentes (proyecto Illuminated)
Tipos de memoria – Conceptos de la Ciencia del Aprendizaje
para Docentes (proyecto Illuminated)
Tipos de memoria – Conceptos de la Ciencia del Aprendizaje
para Docentes (proyecto Illuminated)
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
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Inteligencia Artificial vs Inteligencia Humana: 7 diferencias
https://psicologiaymente.com/neurociencias/inteligencia-artificial-humana-cerebro-ordenador
Agentes de IA y Model Context Protocol La nueva era de la automatización inteligente
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
Agentes IA: tipos e implicaciones
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LLM-Based Intelligent Agents: Architecture and Evolution - Ajith's AI Pulse
https://ajithp.com/2025/04/05/llm-based-intelligent-agents/
LLM-Based Intelligent Agents: Architecture and Evolution - Ajith's AI Pulse
https://ajithp.com/2025/04/05/llm-based-intelligent-agents/
¿Qué son los agentes de IA? Definición, ejemplos y tipos |
Google Cloud
LLM-Based Intelligent Agents: Architecture and Evolution - Ajith's AI Pulse
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Agentes de IA y Model Context Protocol La nueva era de la automatización inteligente
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Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
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LLM-Based Intelligent Agents: Architecture and Evolution - Ajith's AI Pulse
https://ajithp.com/2025/04/05/llm-based-intelligent-agents/
Memoria en agentes IA: tipos e implicaciones
https://aunoa.ai/blog/memoria-en-agentes-ia-tipos-e-implicaciones/