Restricciones
Dicen que todo el mundo
tiene una historia para contar. Diríase que algunos tenemos unas cuantas o, por
lo menos, varias formas de contar nuestra historia.
En un escrito de título “De
Luca a Lucas” narro una historia de unos cuatro mil quinientos millones de años
como una consecución de extinciones de las cuales somos herederos y, por ahora,
vencedores circunstanciales en el largo camino de la vida.
(https://rogersangenis.blogspot.com/2011/03/de-luca-lucas.html).
(https://rogersangenis.blogspot.com/2011/03/de-luca-lucas.html).
En él relativizo la importancia de nuestra
especie. También en cuanto a su capacidad de modificación del entorno y el
devenir del hilo fino que conduce a la permanencia o a la extinción.
En la historia de la
humanidad se encuentran a menudo locuras de masas, fanatismos desatados,
religiones agresivas y triunfantes, y una larga retahíla de enajenaciones
grupales que, alejadas de toda razón y razonamiento, confunden al personal que
acaba creyendo, divulgando y defendiendo ante cualquier cuestionamiento, un
concepto sin fundamento ni demostración posible. Así nos va.
Nunca faltan
personalidades de autoridad moral incuestionable que cogen cualquier bandera
suficientemente poblada para liderar sin complejos el movimiento generado
esperando sin duda sacar provecho de la situación, aunque sea el efímero lujo
de salir en la foto.
Toda teoría científica tiene
en su planteamiento partidarios y detractores. Siendo la demostración
irrefutable por comprobación repetitiva el camino para convertir teoría en ley,
nunca faltan personajes que pretenden tomar el atajo para poder lucir la
medalla que muchos pretenden. Sea en un sentido o en el contrario. La locura
fanatiza y transmuta demasiado a menudo la ética y el rigor en picaresca y
vehemencia. Jamás faltan candidatos.
Hoy, el calentamiento
global es mas que una verdad incuestionable. Es un axioma fundamental de
nuestro tiempo y motor de movimientos, leyes y prohibiciones en gran parte del
planeta. Nuestros líderes y los dueños del gran capital necesitan dioses para
mover seguidores y así manipular las masas en su propio beneficio, no fuera más
que por seguir a los mandos del destino.
La revolución industrial
precisó de la quema indiscriminada y masiva de productos fósiles para generar
un cambio en la humanidad que hoy parece olvidado. Será preciso hacer un
esfuerzo de memoria y generosidad para reconocer que la etapa de mayor
contaminación ha sacado del hambre y la miseria a gran parte de la humanidad.
La vida es hoy más larga y saludable que hace tan solo dos siglos. Esto es
demostrable con cifras. El gran engaño, es confundir contaminación con CO2. La
quema de combustibles fósiles produce óxidos de azufre y nitrógeno, metales
pesados mezclados con cenizas volátiles, partículas finas que conforman un
ambiente nocivo y las tan publicitadas nieblas urbanas. Los registros históricos
reales y verificables, muestran un incremento de temperatura media de un grado
centígrado en los dos últimos siglos. Evidencias científicas geológicas
muestran mucho mayores variaciones en los últimos veinte siglos. Pero los egipcios,
griegos y romanos no tenían internet ni medios de propaganda como los actuales.
No existe la menor
evidencia ni se ha demostrado que el incremento de proporción de dióxido de
carbono (0,042%) desde los registros de inicios del siglo XIX, tenga ningún
efecto nocivo sobre la salud ni la longevidad del ser humano.
Bien al contrario, un
ligero aumento de dióxido de carbono permite a las plantas ser más eficientes
en la fotosíntesis, precisando menos agua para producir el tan necesario
oxígeno. (Considerado gas letal hace tan solo dos mil millones de años).
Por tanto, bastaría una
regulación gradual sobre los residuos realmente nocivos de la combustión de
elementos fósiles para disminuir progresivamente hasta eliminar los efectos
insalubres. Salir finalmente de la era del carbón debería ser un objetivo a
medio plazo midiendo la eficiencia de costes y beneficios sin intolerancias ni obstinaciones.
La polución que genera
nuestra especie es de muy diversa índole. Algunos plásticos, la ganadería, la
agricultura y la minería intensivas son algunas de las causas de efectos
nocivos para la flora, la fauna, la salubridad de nuestras aguas y océanos y
nuestra propia salud. Hay mucho que modificar, muchos usos a mejorar y muchas
leyes y normativas que adaptar a nuestros tiempos.
Todo ello requiere estudio
y rigor para acometer las grandes reformas medio ambientales que aseguren un
futuro mejor para la humanidad. Pero es complejo y la divulgación de las causas
y los remedios precisan de un mensaje difícil de elaborar y transmitir. Se
debería alentar la comprensión de la gente para estimular su inteligencia y
conocimiento. Desgraciadamente, esto queda totalmente fuera del ámbito de
confort de nuestras élites, quienes buscan un mensaje simple, mas bien un
eslogan y un culpable.
La alarma y la histeria
colectiva impulsada si no generada por nuestros ilustres líderes ha prendido en
la sociedad. Especialmente la juventud ha sido víctima de los altavoces
emitiendo a través de su sistema educativo y propagandístico una gran falacia
ligando las emisiones de dióxido carbónico con una inminente catástrofe
climática cuya muestra es cualquier lluvia torrencial a efectos demostrativos pseudo
científicos.
El número de “salva
planetas” se incrementa día a día mientras se auto-imponen e imponen al resto de
los mortales, temores y limitaciones en productos y costumbres sin la menor
exigencia del necesario rigor científico.
Nuestras élites alimentan
movimientos pseudo ecologistas y supuestamente científicos a fin de fomentar miedos
que les permiten esclavizar a la sociedad y manipular en su favor a base de
multas, sanciones y restricciones.
Roger Sangenis i Bermejo
Barcelona, Febrero 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario