martes, 19 de noviembre de 2019

Cambio Climático


Cambio Climático
Sin duda el cambio climático es una realidad. Desde que la tierra es tierra. Es decir, a escala terrestre, desde siempre. Los cambios son malos (a veces fatales) para unos y pueden ser una oportunidad para otros. Cuando la tierra mutó de un ámbito global anóxico a aguas, tierras y aires con una proporción creciente de oxígeno, muchas especies se extinguieron, pero muchas otras aparecieron y prosperaron. Lo perverso de un cambio es que no genere beneficio para nadie. La aceleración de los cambios en el clima terrestre hace prever que la capacidad de adaptación de gran variedad de seres vivos quedará superada (especialmente la del ser humano) y puede acabar con la vida en la tierra, por lo menos tal y como la conocemos. Es una especie de suicidio colectivo de toda nuestra especie. La tierra seguirá girando alrededor del sol por miles de millones de años. Pero, entre otras, sin la especie humana. Ahí queda esto para reflexionar.
Existe otro cambio no menos tóxico en el clima social. Por una parte, se ahondan los sentimientos de devoción en sectores de población altamente radicalizados. Ello permite alejar el conocimiento y la razón de decisiones y comportamientos. Por otra parte, el desprecio a la norma y el descrédito de la ley abre un espacio donde la irresponsabilidad, la conducta amoral y la falta de ética campan a sus anchas permitiendo que se socialicen actitudes transgresoras.
El frentismo y la confrontación son la nueva religión que gana adeptos día a día, alejando el relato hilvanado a base de conceptos éticos, conocimiento y rigor. El poder del Tweet, del mensaje corto y machacón aumenta, sin más horizonte que el eslogan y la sinrazón. Los sectarismos y los nacionalismos triunfan por la simplicidad de su mensaje. La sociedad, agotada y enferma, está cansada de esperas estériles, harta de mentiras, falsas esperanzas, explotaciones y abusos de los sistemas imperantes. Sean de corte medieval o ultra democráticos, los sistemas de gobierno, inmersos en un universo de falsedad, partidismo, egoísmo y represión, son sometidos por intereses globales anidados en una maraña inextricable de instituciones y entidades supra nacionales. Por el rumbo que toma nuestra historia como especie, se diría que está gobernada por insensatos suicidas. Pero mientras tanto ricos ya muy ricos se vuelven mucho mas ricos y los gobiernos partidistas endeudan los estados que gobiernan para mantenerse en el poder y no ser suplantados por otros partidos que ofrezcan más a la población que irremediablemente empobrece tanto intelectual como económicamente.
En Hong Kong, Chile, Siria, Bolivia, Irak, Francia, España, en cualquier lugar del mundo amanece el conflicto. Internet escucha, graba, analiza mediante sofisticados algoritmos, crece la inteligencia artificial y ofrece sus resultados al capital. Qué son sino, en parte, las “GAFAM” (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft). Pero no ofrece soluciones a la sociedad. Solo la intoxica con una sobresaturación de historias y relatos que degradan los procesos reflexivos y arruina la confianza. El mundo social se encierra en sí mismo limitando el entorno a la propia persona y su entorno más próximo. La discordia, la antipatía, la división y la ruptura se imponen a la concordia, la empatía, la pertenencia y la continuidad. Es el caldo de cultivo necesario para el éxito del discurso del odio. De una y otra parte.
Hemos entrado en la era del enfrentamiento. Ello se demuestra en la erosión de la afinidad y trato entre bloques y dentro de los bloques, entre los propios estados y regiones. Muestra palpable de ello son las actuales relaciones diplomáticas y comerciales mundiales, rompiendo con toda expectativa anterior. Las relaciones entre personas, incluso próximas, se tensionan por motivos a menudo futiles, avivados por intereses de los gobiernos que los manipulan y los capitales que los utilizan en su beneficio.
A falta de guerras formales, se libran batallas de distintas intensidades, pero con la misma sinrazón y crueldad.
Roger Sangenis – Barcelona 19/11/2019

No hay comentarios: